El suelo es uno de los factores más importantes, y a menudo de los más olvidados, para que nuestras plantas crezcan saludables. Descubre qué tipos de suelos existen y cómo mejorar el tuyo a continuación.
¿Son todos los suelos válidos para cultivar?
La respuesta es que no, no todos los suelos funcionan igual de bien para cultivar plantas. Atendiendo a su calidad, podemos diferenciar entre los suelos pobres y los suelos buenos o fértiles:
Los suelos pobres…
- Se erosionan fácilmente.
- Tienen tendencia a compactarse, lo que dificulta su drenaje.
- Pueden presentar grietas.
- Tienen muy poca materia orgánica.
- Son poco profundos.
- Son de color marrón claro.
- Tienen un pH demasiado elevado o reducido (suelos ácidos o alcalinos).
Los suelos fértiles…
- Tienen mucha materia orgánica y nutrientes.
- Son de color marrón oscuro o negro.
- Son esponjosos y están ligeramente húmedos.
- Tienen un buen drenaje.
- Son profundos, con espacio para que las raíces de las plantas se desarrollen.
- Tienen un pH óptimo (entre 6 y 7, aproximadamente).
Cómo mejorar la calidad del suelo
Si queremos mejorar la calidad de nuestro suelo, podemos hacer alguna de las siguientes acciones:
- Airear el suelo cavando y removiendo la tierra.
- Renovar y/o aumentar el suelo disponible (añadiendo el sustrato correspondiente).
- Añadir más materia orgánica (con Abono orgánico o Turba rubia).
- Corregir el nivel de pH (la Enmienda caliza corrige la acidez).
- Mejorar el drenaje.
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