Manchas, puntas secas, malformaciones, bichos… los síntomas de que algo no va bien con tu planta pueden ser muy variados. A menudo estos daños son difíciles de ver a simple vista, por eso hay que poner mucha atención a hojas, raíces y tallos para poder diagnosticar bien a nuestras plantas y así tratarlas a tiempo.

Cómo diagnosticar una planta enferma

Existen multitud de motivos por los que una planta puede dejar de mostrar un aspecto saludable. Estas son las razones principales por los que una planta se pone enferma.

Falta o exceso de riego

Los riegos muy abundantes y frecuentes o la escasez de los mismos pueden ocasionar auténticos desastres en las plantas. Un riego no adecuado puede deshidratar y acabar secando a toda la planta o, por el contrario, ahogarla, pudriendo rápidamente sus raíces y el resto del ejemplar rápidamente o generando moho en el sustrato. Un mal drenaje también contribuye a la aparición de este tipo de problemas. Cambiar la pauta de riego puede salvar a tu planta si el caso no es grave.

Incompatibilidades de ubicación y clima

Muchas plantas son muy sensibles al entorno en el que habitan. Una ubicación incorrecta, que reciban una cantidad de luz inadecuada para sus necesidades, las corrientes de aire, que pasen frío o calor, que no tengan la humedad que requieren… son motivos que pueden afectar a tu planta de muchas maneras: se puede poner mustia, dejar de crecer con normalidad, sus hojas pueden quemarse e incluso podría morir. Investiga bien sobre las necesidades de cada especie para solucionarlo.

Falta o exceso de nutrientes

Las plantas no viven únicamente de agua: los nutrientes de su sustrato se van agotando con el tiempo y es necesario abonar periódicamente para reponerlos. Si no tenemos esto en cuenta, las plantas empezarán a mostrar problemas de crecimiento y malformaciones. También puede ocurrir el caso contrario: pasarnos con el fertilizante y que la planta empiece a quemarse, así que es muy importante comprar el producto adecuado y aplicarlo siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.

Aparición de plagas

Arañas, mosquitos, caracoles, cochinillas, trips, pulgones… A veces ciertos organismos deciden que tu planta es un sitio perfecto para vivir y multiplicarse. Los síntomas de una planta con plaga variarán en función de cuál de ellas tenga. Los insecticidas y fitosanitarios son la solución ideal para prevenir la aparición y acabar con estos molestos inquilinos.

Ataque de hongos, virus o bacterias

Las plantas también pueden enfermar por hongos, virus o bacterias, que pueden llegar a ser muy contagiosos. Puedes prevenir su aparición manteniendo una buena higiene en tus herramientas de jardinería, pero si sospechas que alguno de ellos está afectando a tu planta, aíslala inmediatamente y aplícale un antifúngico o tratamiento específico para su problema. Ten en cuenta que algunas de estas enfermedades no tienen cura, por lo que no te quedará otro remedio que deshacerte de la planta para evitar que contagie a las demás.